En Petín, un pueblo de Valdeorras (provincia de Ourense), el lunes fletaron dos grandes buses para que sus cerca de 900 habitantes pudiesen acudir a los juzgados de la comarca y defender a uno de sus convecinos de toda la vida. Hasta ahí nada extraño. Lo curioso es qué hacía allí el vecino en cuestión, un hombre de 61 años enfundado en un mono de trabajo amarillo con manchas de ceniza. Días antes la Guardia Civil lo había detenido por supuestamente provocar un incendio.
Para las autoridades es sospechoso de contribuir a la ola de incendios que está arrasando hectáreas y hectáreas de Galicia. Para sus vecinos, los mismos que padecen las llamas, se trata de un héroe que ha salvado varias viviendas.
Una imagen inesperada. La ola de incendios forestales que sacude desde hace casi dos semanas Galicia ha dejado muchas imágenes. Llamas. Brigadistas. UME. Árboles devorados por el fuego, vecinos desesperados y hectáreas carbonizadas. Sin embargo, por más impactantes que sean algunas de esas estampas, ninguna resulta tan chocante como la que se vivió a principios de esta semana en los juzgados de A Pobra de Trives, Ourense, una zona castigada por el fuego.
El lunes se concentraron allí más 150 personas para apoyar a uno de sus vecinos acusado precisamente de provocar un incendio. La gente de la zona lo apoya hasta tal punto que esa misma mañana partieron dos autobuses desde su localidad natal, Petín (a media hora en carretera de Trives), repletos de lugareños decididos a defender al detenido. Entre ellos estaba incluso la alcaldesa, Raquel Bautista.
¿Qué ha pasado? Para entender qué hacían todos esos vecinos reunidos ante el juzgado hay que remontarse unos cuantos días atrás, al sábado, cuando las llamas acosaban el vecino municipio de O Bolo, que linda con Petín. Según cuentan los vecinos, el detenido decidió echar una mano y se dirigió a la parroquia O Seixo para frenar el avance de las llamas. «En Petín estábamos algo más tranquilos y avisaron que estaba ardiendo O Seixo. Eso pertenece a O Bolo, pero había que ayudar, igual que ellos nos ayudaron a nosotros», relata la alcaldesa.
En O Seixo la situación no era fácil. «El fuego se trasladó con una velocidad increíble, la cabeza iba desbocada y nuestro asombro fue que cuando le dijimos a los de la UME que estaba ardiendo la parte del final del pueblo que va hacia Barxe dijeron que ellos por peligrosidad no se metían», explica al periódico La Región Gwendal Ordóñez, vecino de O Seixo. En esas estaban cuando llegaron los voluntarios de Petín (incluido el detenido) y «se metieron» en el fuego.
«Con conocimiento de causa». La clave del caso es lo que sucedió a partir de ese momento. El vecino de Petín que ha acabado detenido consideró que, dadas las circunstancias, no había mejor forma de luchar contra el fuego que con más fuego y (según la versión de los testigos) intentó crear un «cortafuegos». «Es una persona que lleva toda su vida aquí y se ha enfrentado a fuegos, probablemente sepa mejor qué hacer que personas que llevan cuatro meses», asegura un lugareño antes de recalar que el detenido actuó de buena fe y «con conocimiento de causa».
¿Y dónde está el problema? Que, por bienintencionado que fuera, ese nuevo fuego se prendió sin autorización y un miembro de la UME sorprendió al vecino de Petín en plena faena. Otras de las personas que intentaba sofocar las llamas, Jorge Sixto, contaba el lunes a La Región cómo él mismo buscó un agente forestal para pedirle permiso para hacer el cortafuegos, pero le resultó imposible.
«No hubo peligro ninguno», clama. Fuese o no así, al día siguiente la Guardia Civil detuvo al voluntario de Petín por supuestamente provocar un incendio forestal en O Seixo. El hombre acabó ante el Tribunal de Instancia de A Pobra de Trives, el mismo sitio al que a la mañana siguiente acudieron sus vecinos para defenderlo.
¿Héroe, imprudente o incendiario? La pregunta del millón. Por lo pronto, la justicia parece tener claro que debe abrir una investigación por un presunto delito de incendio forestal. La Fiscalía incluso ha ido más allá y considera que el fuego se prendió «como un acto que va contra el raciocinio» y su autor actuó a sabiendas de que lo estaba haciendo podía constituir un delito. Por esa razón ha solicitado una medida de prisión provisional eludible con una fianza de 2.000 euros.
Para sus vecinos la situación es bien distinta. El lunes una de las consignas que más se coreaba a las puertas de los juzgados es que el detenido es «un héroe». «Este señor ha estado todos los días apagando incendios. Lo que pasó en O Seixo es que hizo un contrafuego para salvar cuatro casas… y gracias a eso las salvamos», clama Sixto. La alcaldesa insiste de hecho en que desde que empezaron los incendios el detenido «fue el primero en ponerse la funda». «Al principio estuvimos muy desamparados. Si no es por gente como esta, ninguno tendríamos casas».
Un futuro incierto. Por lo pronto el hombre ha podido regresar a casa. El lunes el juzgado de Trives decidió ponerlo en libertad, aunque en calidad de investigado por presuntamente provocar un incendio y con la orden de comparecer los días 1 y 15 de cada mes. «Si quieren una cabeza de turco, que busquen en otro lado, que nos dejen trabajar. Si no nos ayudan, al menos que nos dejen trabajar, que nosotros vamos a defender lo nuestro», insiste la alcaldesa de Petín, que subraya que el incendio ya estaba declarado cuando su vecino decidió crear un cortafuego.
Imágenes | Concello de Petín y Ministerio de Defensa (X)
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La noticia
Un pueblo de Ourense ha salido a la calle para defender a su nuevo héroe: el sospechoso de provocar un incendio
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Carlos Prego
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